CCOO de Catalunya reclama a la Subdelegación del Gobierno que dé respuesta inmediata a la situación de colapso de la Oficina de Extranjería de Barcelona

Ante la situación de acumulación de miles de expedientes de extranjería sin resolver

No tener autorización para residir y trabajar en España comporta muchas dificultades para las personas extranjeras en todos los ámbitos de su vida. Pero la más importante es que las condena a la práctica inexistencia, puesto que durante nuestro día a día debemos identificarnos con el DNI o el NIE muchas veces para poder realizar diversas gestiones necesarias en nuestra vida cotidiana. Es decir, no disponer de NIE comporta muchas dificultades para las personas extranjeras en trámites como firmar un contrato de trabajo, alquilar una vivienda, abrir una cuenta corriente, matricularse, ir a la CAP, cursar algunos estudios…, pero también aumentan las posibilidades de que sean internadas en un CIE o directamente expulsadas del país. 

La legislación de extranjería contempla mecanismos de acceso a la regularidad para las personas que cumplan unos determinados requisitos, como tres años de empadronamiento y disponer de un contrato de trabajo de un año a jornada completa, en cuanto a el arraigo social, o dos años y demostrar una relación laboral de seis meses, si hablamos del arraigo laboral. Sin embargo, aquellas personas que logran cumplirlos se ven abocadas ha sufrido las ineficacias de la Administración en lo que se refiere a la gestión de los trámites de extranjería.

En definitiva, las dificultades por las que pasan las personas inmigradas ante la administración las abocan a una situación de arbitrariedad e inseguridad legal, que afecta a su día a día y comporta un estado de angustia y sufrimiento absolutamente innecesario.

Acumulación de expedientes

En estos momentos, decenas de miles de expedientes se acumulan sin resolver en las dependencias de la Oficina de Extranjería. Desgraciadamente, ya no es ninguna novedad denunciar la situación de colapso que de forma periódica sufre la Oficina de Extranjería de Barcelona.

Los trabajadores y trabajadoras de la Oficina de Extranjería han denunciado reiteradamente la falta de personal y de recursos materiales para garantizar una resolución ágil y eficaz de los diferentes trámites presentados y han reclamado a la administración central la dotación de los recursos necesarios para poder realizar forma adecuada su trabajo.

Hay que tener en cuenta que los retrasos en la resolución de los expedientes presentados en las oficinas de extranjería conllevan una grave vulneración de los derechos de igualdad entre las personas recogidos en el artículo 9.2 de la Constitución española, que establece la obligación de los poderes públicos de garantizar que la igualdad y la libertad de los individuos y grupos en los que se integran sea real y efectiva y les insta a remover los obstáculos que impidan o dificulten su participación plena en todos los ámbitos de la vida política, económica, cultural y social.

Pero también pone en cuestión el derecho a la buena administración, que consagra la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, en su artículo 41, y que comporta que los asuntos públicos deben ser tratados equitativamente, objetivamente y en los plazos razonables. Este principio se relaciona con el 9.2 de la Constitución anteriormente citado, pero también con el 24.1 que establece la obligación de la Administración pública de evitar la indefensión como consecuencia del funcionamiento de la Administración, entre otros.

Por ello, desde CCOO de Catalunya reclamamos a la Subdelegación del Gobierno que se tome las medidas necesarias de forma urgente para garantizar la resolución de los expedientes acumulados en la Oficina de Extranjería de Barcelona lo antes posible. También pedimos la dotación de los recursos humanos y materiales necesarios para evitar que esta situación vuelva a repetirse y garantizar un funcionamiento rápido, ágil y eficiente en la tramitación de los diferentes expedientes de extranjería que garantiza la igualdad de trato para toda la ciudadanía.

No hay que olvidar que la forma en que una sociedad entiende el encaje de las poblaciones inmigradas en su cuerpo social es una buena medida de su salud democrática.