Los datos del IPC correspondientes al mes de septiembre muestran un descenso considerable de los precios y nos sitúan finalmente dentro de los objetivos de inflación que determina la autoridad monetaria europea. Además, el índice general nacional y estatal se sitúan en niveles más bajos que el de nuestro entorno económico, destacando la buena evolución general de los precios de nuestro país en esta última etapa de la actual crisis de precios. A pesar de los buenos datos generales, no podemos obviar que los precios de la vivienda siguen subiendo y que este incremento -que el epígrafe de vivienda de la cesta de productos no recoge adecuadamente porque deja fuera la vivienda de propiedad- se convierte en una barrera insalvable para muchas personas que ven serias dificultades para sacar adelante sus proyectos de vida. Es en este contexto que se hace imprescindible que los poderes públicos aborden políticas de vivienda a corto, medio y largo plazo, que permitan garantizar de manera efectiva el acceso a la vivienda, sin caer en la tentación de aprobar políticas a corto plazo que tengan carácter efectista pero que no sean útiles para reducir los precios.
En Cataluña la variación interanual del IPC se sitúa en el 1,7%, 7 décimas menos que el mes anterior y 2 décimas por encima del mismo indicador por el Estado (1,5%). El grupo de productos que más ha contribuido al descenso ha sido el transporte (que ha registrado un incremento menor que el del mismo período de hace un año) y los alimentos y bebidas no alcohólicas que, pese a continuar incrementando, lo hacen en menor medida que hace un año.
La variación mensual de precios por Cataluña ha sido de -0,7, manteniendo tan sólo 1 décima de diferencia respecto al mismo indicador a escala estatal (-0,6%).
En cuanto al Estado, la variación interanual del IPC se sitúa en el 1,5%, 8 décimas menos que el mismo indicador por el mes pasado (2,3%) y 2 décimas por debajo del mismo indicador por Cataluña (1,7%). El grupo de productos que más han contribuido al descenso de precios son coincidentes con los que hemos mencionado en el caso de Cataluña.
La variación mensual de precios en el caso estatal ha sido de -0,6%, manteniendo tan sólo 1 décima de diferencia respecto a la variación mensual por Cataluña (-0,7%).
La inflación subyacente, que es aquella que no tiene en cuenta ni los alimentos frescos ni el precio de los carburantes y que, por tanto, captura con mayor fiabilidad el estado real de la economía, aislando el comportamiento más volátil de este tipo de productos, se sitúa en el caso del Estado en el 2,4 %, 3 décimas menos que en el mes anterior (2,7 %). En el caso de Cataluña, la inflación subyacente se ha reducido 2 décimas y se sitúa en el 2,7%.
La tasa de variación anual del ICPH (índice de precios de consumo armonizado), que mide la evolución de los precios siguiendo la misma metodología para todos los países de la zona euro, para facilitar la comparación entre países que comparten una misma política monetaria, en el caso español se sitúa en el 1,7%, 7 décimas menos que el mes anterior (2,4%) y 1 décima por debajo de nuestro entorno europeo dado que el indicador armonizado por el conjunto de países de la zona euro se sitúa en el 1,8%, 4 décimas menos que el mes pasado (2,2%).
CCOO considera que:
● Las manifestaciones convocadas en todo el Estado este pasado domingo no son más que la expresión popular nítida de la necesidad de abordar políticas estructurales para hacer efectivo el derecho a la vivienda. Llevamos cuatro décadas de políticas de vivienda que se han mostrado claramente ineficientes para garantizar el derecho al acceso a la vivienda, agravada en un contexto de financiación de la vivienda como activo de inversión. Por tanto, ahora es el momento para revertir la situación con políticas efectivas a corto, medio y largo plazo.
● Es inaplazable la implementación de la reducción de la jornada laboral máxima, limitándola a 37,5 horas. Reducir el tiempo de trabajo y que esta reducción llegue a todos los sectores es un elemento primordial para mejorar la conciliación entre los ámbitos personal, familiar, social y laboral. Al mismo tiempo, la reducción de la jornada laboral puede actuar como un factor de mejora de la productividad, fortaleciendo así el sistema productivo del país y mejorando nuestra competitividad.
● Con una evolución de los precios que finalmente se sitúa dentro de los objetivos de inflación de las autoridades monetarias europeas no existen excusas para no abordar un escenario de incrementos salariales. La crisis de precios de la que apenas estamos saliendo ha socavado la capacidad adquisitiva de las personas trabajadoras aunque los importantes acuerdos alcanzados en el ámbito de la negociación colectiva ha permitido compensar esta pérdida. En este contexto no podemos dejar de destacar cómo los márgenes empresariales han crecido de forma muy notable y, por tanto, nos ofrece margen por nuevos incrementos salariales. Por tanto, ahora es el momento de impulsar salarios más elevados sin riesgo de comprometer nuevas tensiones inflacionistas.
● Por último, no podemos obviar que, a pesar de los buenos datos macroeconómicos que caracterizan la evolución reciente de nuestro país, todavía hay más de 300.000 personas en Cataluña en situación de paro, una parte de los cuales se encuentra en situación de paro de larga y de muy larga duración. Para abordar este paro estructural es necesario un enfoque específico que no podemos demorar más porque, en un escenario como el actual, de crecimiento económico, de moderación de precios y de crecimiento del empleo, no podemos dejar a nadie atrás.
Valoración en audio de Albert Ferrrer, responsable de Mercado de Trabajo y Economía