CCOO lamenta el incremento de accidentes graves y mortales en el primer semestre de 2024, a pesar del modesto descenso en la siniestralidad total

Se han notificado 104.368 accidentes de trabajo en seis meses, con 406 personas heridas gravemente y 45 fallecidos

Desde CCOO, queremos denunciar que los datos de siniestralidad del primer semestre del año dejan claro que la gestión de la prevención sigue fallando en las empresas y que las prácticas preventivas no han mejorado significativamente ni de forma suficiente.

Cataluña ha registrado 104.368 accidentes de trabajo entre enero y junio de 2024, según los datos publicados por el Observatorio del trabajo y modelo productivo de estadística de accidentes de trabajo, lo que supone una discreta reducción del 0,48% respecto al mismo período del año pasado.

De estos accidentes, 46.202 fueron sin baja, mientras que el 55,73% (58.166) generaron una baja médica y, entre los accidentes con baja, 48.268 se produjeron dentro de la jornada laboral (disminución del 2,84% ) y 9.898 de camino de ida o vuelta del trabajo (disminución del 0,22 %).

Respecto a los accidentes laborales en jornada, el descenso del conjunto de accidentes se ha producido debido a la reducción de los leves (49.362 accidentes registrados, con una disminución del 2,87%), ya que los 289 accidentes contabilizados como graves suponen un ligero incremento del 0,70% y los mortales no han mostrado variación alguna (32 defunciones).

Por su parte, los in itinere muestran reducciones en el número de accidentes leves (-0,37 %, 9.768 accidentes) y mortales (-13,33 %) con dos víctimas mortales menos que durante el primer semestre de 2023 .En cambio, los graves aumentan significativamente (15,84%, 117 accidentes).

Así, pese al moderado descenso en el conjunto de los accidentes de trabajo, estas cifras nos dejan un balance preocupante después de haber registrado un total de 406 accidentes laborales graves y de 45 personas que han perdido la vida (32 durante la jornada laboral y 13 en desplazamientos “in itinere”).

Además, dejando a un lado la discreta reducción del conjunto de los accidentes de trabajo en términos absolutos, si consideramos la incidencia encontramos un preocupante repunte de los accidentes graves y mortales durante la jornada laboral y de los graves en los desplazamientos al trabajo.

Así, si analizamos la incidencia interanual, índice que representa la siniestralidad relativa expresada en número de accidentes por cada 100.000 personas ocupadas, y consideramos el período comprendido entre julio de 2023 y junio de 2024, la incidencia del conjunto de los accidentes ocurridos dentro de la jornada cae en un 7,61%, respecto del período comprendido entre julio de 2022 y junio de 2023. Los leves se reducen un 7,69%, pero los graves y los mortales aumentan (4,01% y 22,49%, respectivamente).

Por otra parte, la incidencia del total de los accidentes in itinere también se reduce (-3,75 %), con disminuciones en los leves (-3,82 %) y en los mortales (-6,61 %). En cambio, la incidencia de los graves aumenta un 3%.

El incremento del número de personas que resultaron gravemente heridas durante la jornada laboral se ha centrado en los sectores de la agricultura (85,71 %) y de la construcción (8,93 %), mientras que en la industria s ha reducido un 15% y en los servicios no se ha registrado ninguna variación. Respecto a los accidentes mortales durante la jornada laboral, también son los sectores de la agricultura (+100%) y la construcción (+150%) los que muestran incrementos, registrando 5 y 2 accidentes respectivamente.

Por sexos, de las 32 personas que perdieron la vida durante su jornada laboral, 27 eran hombres (3 menos que en el primer semestre de 2023, descenso del 10%) y 5 eran mujeres (3 más que en 2023, con un incremento del 150%). También en las mujeres se observa un crecimiento de los accidentes graves (3,64%).

Por tipología, 17 de los accidentes mortales ocurridos dentro de la jornada se produjeron por infartos, derrames cerebrales y otras patologías no traumáticas (53,12 %), 4 estaban relacionados con el tráfico y 11 fueron traumáticos, por lo que la mortalidad laboral relacionada con las condiciones organizativas del trabajo se incrementa en un 30,77%, mientras que se reduce la relacionada con el tráfico (-20%) y la relacionada con causas básicas de seguridad que se pueden prevenir fácilmente (-21,43%) ). Además, el número de accidentes graves por patologías no traumáticas también se incrementa en un 75% (registrando 15 accidentes más que durante el primer semestre de 2023), mientras que los traumáticos y los relacionados con el tráfico disminuye en un 5,02, 3,57% y un XNUMX% respectivamente.

Por tipo de contrato, el descenso más pronunciado se produce en la contratación temporal, que muestra una reducción significativa del número de accidentes graves (-12,90%) y mortales (-66,67%). Por el contrario, en la contratación indefinida la mortalidad laboral aumenta un 33,33% y los accidentes graves se reducen con mucha más discreción (-4,02%). De hecho, la disminución que ya hemos comentado del 2,84% en el conjunto de los accidentes ocurridos dentro de la jornada de trabajo se debe principalmente a la contratación temporal (-20,27%), ya que en la indefinida prácticamente no existe cambios (+0,03%).

Por situación profesional, el conjunto de los accidentes de trabajo en jornada ha disminuido más en el trabajo asalariado (-2,98%) que en el trabajo por cuenta propia (-0,32%), y vemos comportamientos distintos a los accidentes graves y mortales , por lo que mientras los primeros aumentan un 24,56 % entre las personas autónomas y se reducen un 5,22 % en las que trabajan por cuenta ajena, los mortales disminuyen de forma importante en el trabajo por cuenta propia (-62,50 %) pero se incrementan en el trabajo asalariado (20,83%).

Por demarcación territorial, destaca el incremento del 600% en Tarragona, que pasa de registrar 1 accidente de trabajo mortal dentro de la jornada durante el primer semestre de 2023, a los 7 ocurridos en 2024.

Por todo ello, insistimos en que la gestión de la prevención sigue siendo insuficiente. Se siguen produciendo accidentes por causas fácilmente detectables y prevenibles que muestran el deterioro de las condiciones de seguridad, mientras aumentan los accidentes graves y mortales por causas no traumáticas y relacionados con la presión y cargas de trabajo, muy vinculados también a la digitalización ya las nuevas formas de producción.

Por tanto, aunque la última reforma laboral empieza a expresarse en las estadísticas de siniestralidad reduciendo los accidentes de trabajo en la contratación temporal, sigue siendo necesario que se acompañe de mejoras en las políticas preventivas públicas y en las empresas amplíen las competencias y los recursos de la inspección de trabajo. Se necesitan reformas que garanticen una mayor integración de la prevención de riesgos laborales en las empresas y una mejora sustancial de la actividad realizada por los servicios de prevención.

Sigue siendo necesario también implementar políticas de movilidad, por parte de las empresas y de las administraciones públicas, para evitar los accidentes in itinere y los producidos en los desplazamientos dentro de la jornada laboral.

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