En el Día Mundial de la Salud Mental, queremos recordar que el suicidio juvenil es la principal causa de muerte no natural entre la juventud catalana de entre 16 y 35 años, por delante de los accidentes de tráfico. En Cataluña, se suicida un joven cada cuatro días y, aunque esta realidad no siempre se origina a raíz de un único problema de salud mental, ya que es multifactorial, según datos del Consejo Nacional de la Juventud de Cataluña se estima que el 90 % de las personas que consumen un intento de suicidio tenían una afectación mental previa.
La pandemia ha agudizado los problemas de salud mental de la juventud, pero estos ya existían previamente: según la OMS, una de cada cuatro personas sufrirá un problema de salud mental a lo largo de su vida y el 75 % empiezan antes de los 18 años. En Cataluña, el 25 % de los adolescentes reconoce haber tenido ideación suicida y el 7 %, haberlo intentado.
Así, hoy, 10 de Octubre, Día Mundial de la Salud Mental, desde Acción Joven creemos que es crucial poner nuestra salud mental en el centro y analizar las causas que generan estos malestar. A pesar de la diversidad de sus causas, no es aventurado afirmar que gran parte de nuestros problemas emocionales tienen una causa sistémica: desde la precariedad laboral y la pobreza, hasta la violencia machista, LGTBfóbica y/o racista y el bullying escolar, según datos de la Asociación Recurra-Ginso.
Es por ello que reivindicamos no sólo la necesaria dotación de recursos y dignificación de la atención psicológica y psiquiátrica al sistema de salud público, sino también la erradicación del contexto que las genera. Es crucial la organización sindical y colectiva para luchar contra estas violencias y, al mismo tiempo, es de extrema urgencia revertir las consecuencias de los recortes y la austeridad que ha sufrido la sanidad pública en las últimas décadas para que ninguna persona quede sin atención por no poder hacer frente al coste desmesurado de la atención psicológica privada, o porque no acabamos en una situación de psiquiatrización y medicación del malestar, para tapar la falta de capacidad para derivar al paciente al psicólogo de la Seguridad Social.
También queremos reivindicar la necesidad de visibilizar la importancia de la salud mental: ir al psicólogo y/o al psiquiatra no debe estar estigmatizado. Estar mal no hace vergüenza y el primer paso para mejorar es poder hablarlo y estar acompañados por nuestro círculo cercano. La visibilización de la importancia de la salud mental ayuda, también, a eliminar estigmas y prejuicios y que, una vez roto el silencio, la persona que sufre no reciba comentarios negativos por parte de sus compañeros, amigos y familiares. Es importante la construcción de espacios seguros para poder expresar este malestar y sufrimiento para evitar que se agrave que pueda escalar a la ideación suicida y su materialización.