El impacto de la pandemia en el mercado de trabajo tiene nombre de mujer y esto se refleja tanto en las tasas de empleo y paro como en los niveles de temporalidad, de trabajo a tiempo parcial e incluso en el teletrabajo o en las condiciones de salud en el trabajo. Después de un año de crisis pandémica total -o de lo que ya se conoce también como sindemia, por la suma agregada de varias crisis sanitarias y asociadas-, el informe de CCOO de Catalunya para el 8 de Marzo de 2021 debía ser forzosamente distinto a cualquier otro de los que se han hecho previamente. No tenía sentido analizar sólo las condiciones de vida y trabajo de las mujeres en comparación genérica con la situación de años anteriores. Porque las múltiples crisis derivadas de la pandemia de cóvid-19 (sanitaria, social, económica…) suponen una inflexión que hay que ver con detenimiento. Y tampoco podíamos quedarnos sólo con el análisis frío de las cifras porque, tras la intensidad emocional de todo tipo con que hemos vivido el impacto de la cóvid-19, hemos creído que había que poner rostro humano en el informe, ni que fuera con los testigos de media docena de mujeres trabajadoras de distintos sectores.
El protagonismo de las mujeres en lo que se ha dado en llamar “trabajos esenciales”, bien sean del sector sanitario y de los cuidados en general o bien de la producción y de los servicios básicos para el normal funcionamiento de la vida cotidiana y del sistema económico, nos ha llevado a centrar el informe del 8-M en las condiciones de trabajo durante la Covid-19. Esto pasa por analizar los principales datos sobre mercado de trabajo y en clave de género extraídos del vaciado de las encuestas trimestrales sobre población activa y del Instituto Nacional de Estadística. En CCOO de Catalunya hemos realizado un análisis comparativo a partir del segundo trimestre de 2020, en plena pandemia, y hemos comparado minuciosamente los datos con los del mismo período de 2019.
El estudio aporta informaciones, evidencias y conclusiones importantes sobre cómo el grado de empleo, de paro y de precariedad laboral han cambiado, y no siempre precisamente a mejor, para las mujeres de nuestro país como resultado del impacto de la cóvido-19. Así, la tasa de paro de las mujeres durante 2020 subió cuatro puntos, mientras que el de los hombres se incrementó sólo en un 2,88%. En el cuarto trimestre de 2020 había trabajando en Cataluña 66.700 mujeres menos que en el mismo período de 2019.
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