La juventud en el mercado de trabajo y el sindicalismo de clase

Resolución del 12º Congreso de CCOO de Catalunya

Los datos sobre la situación laboral de la juventud catalana no son positivos: en 2020 finalizó con una tasa del 27,3 % de paro juvenil —concentrándose un 38,1 % en las personas jóvenes menores de 24 años— y la situación no parece mejorar a corto plazo. Las políticas de austeridad que los gobiernos europeos aplicaron a raíz de la crisis de 2008 dejaron a los sectores más vulnerables aún más precarizados, entre ellos la juventud, y la pandemia ha profundizado en las graves condiciones laborales y económicas de la mayoría de jóvenes.

Actualmente, parece ser joven es sinónimo de ser precario y que, al mismo tiempo, tardamos más en salir de esta etapa vital marcada por la precariedad. Los trabajos a los que podemos acceder siendo jóvenes están marcados por la temporalidad y por sueldos bajos, lo que crea un ciclo vicioso del que es difícil escapar, ya que impide poder construir proyectos de vida estables y, entre otras cuestiones, emanciparnos. La concepción de un futuro incierto y que parece que nunca va a llegar en prosperidad es prácticamente característica de unas generaciones.milenario y Z— que parece que no han vivido otra realidad que no sea ésta.

Es importante remarcar el impacto que tienen en los bajos índices de emancipación juvenil los trabajos no deseados que abanderamos las personas jóvenes, pero no son los únicos causantes. Excluidos de la imposibilidad para optar a la compra de vivienda, la única alternativa que encontramos es el alquiler. Un alquiler que, en la mayoría de casos, es restrictivo con las rentas bajas -sobre todo en las grandes ciudades- y que a raíz de la falta de regularización provoca abusos hacia los inquilinos y la expulsión de nuestros barrios por la incapacidad de poderlo pagar.

Otra consecuencia de la gran recesión -y un triunfo del neoliberalismo en el campo de la hegemonía política y cultural- fue la incentivación de la individualización del puesto de trabajo y su competencia. Esto también ha afectado a parte de una juventud que no sólo puede llegar a buscar soluciones individuales a problemas colectivos, sino que no conoce la importancia de la acción colectiva y sindical. Por eso es crucial que, desde el sindicalismo de clase, seamos capaces de dotar de respuestas a las incógnitas que la juventud se plantea en momentos en que lo único importante es nuestro presente, la necesidad de construcción de un futuro diferente y mejor.

Es crucial un compromiso para solucionar los problemas que sufre en su día a día la juventud: desde el mercado laboral hasta la lucha por la vivienda, pero también por la consecución de un sistema educativo público, gratuito y de calidad o una sociedad más igualitaria y libre de violencias machistas, LGTBI-fóbicas y racistas. Necesitamos una sociedad comprometida con el cambio social, por lo que también nos hace falta un sindicato de clase, unido y fuerte que pueda presionar para alcanzar estos objetivos y ofrecer un proyecto a los jóvenes de nuestro país.

En esta línea, para conseguir un sindicato que tenga en cuenta las demandas de los jóvenes y que represente su voz, debemos tener espacios de coordinación y debate juvenil como es el caso de Acció Jove. Asimismo, necesitamos que las personas jóvenes afiliadas a Comisiones Obreras que participan en sus federaciones, en las secciones sindicales y en los comités de empresa se impliquen en la vida diaria del sindicato y también en Acció Jove, porque así las demandas laborales y sociales juveniles sean asumidas y defendidas.

Muchos jóvenes afiliados y afiliadas, asimismo, por la situación inestable del mercado de trabajo y por la temporalidad, no están arraigados en una empresa permanentemente, ni siquiera en una federación. Esto provoca que parte de la juventud que podría estar activa en el sindicato no tiene un arraigo en su puesto de trabajo, lo que dificulta su implicación directa en comités y secciones sindicales. Acció Jove debe servir como nexo para este sector de la juventud, para que sea su espacio de organización y de vínculo con el sindicato. Por eso es importante incentivar también la participación no sólo de las personas jóvenes que son delegadas de empresa o de personal y que, por tanto, tienen horas sindicales, sino del resto de jóvenes afiliados y afiliadas al sindicato.

Por último, para abordar la complejidad de la sindicación juvenil debe tenerse en cuenta su diversidad y, sobre todo, que los tiempos han cambiado. El neoliberalismo y sus repercusiones en el mercado de trabajo y en el mundo sindical nos han individualizado y nos dificultan la organización colectiva: trabajos basura, teletrabajo, contratos en fraude de ley, falsos autónomos… La concepción de que no existe ha alternativa al sistema capitalista ha provocado un malestar generalizado que ve a la organización como insuficiente para mejorar nuestras condiciones de vida. Por eso no podemos dejar de abordar todas las realidades que conforman la precariedad juvenil, desde el mundo agrario e industrial hasta el educativo, el de servicios o el sanitario. Si no conseguimos recuperar los derechos que perdieron durante el último ciclo de crisis económica, el futuro de las siguientes generaciones será aún peor.

CCOO de Catalunya nos comprometemos a impulsar un proyecto de trabajo de toda la organización para fortalecer el papel de los jóvenes en el sindicato y en el mercado de trabajo.

CCOO de Catalunya proponemos al resto de la sociedad civil, partidos políticos y Gobierno de la Generalitat un pacto para garantizar:

  • La lucha contra el paro juvenil.
  • La erradicación de la precariedad, que afecta especialmente a los jóvenes.
  • El acceso a una vivienda digna para las personas jóvenes.
  • El acceso universal a la educación de calidad en todos los niveles.
  • Pasarelas entre la educación y el mercado de trabajo con un cambio del sistema de FP, con un aumento de plazas públicas y la remuneración de las prácticas formativas.
  • El fin del abuso de las prácticas no curriculares como sistema de acceso al trabajo en precario.
  • La lucha contra las violencias machistas contra las jóvenes con la correspondiente educación en valores no patriarcales y que rompan con los roles de género.
  • La lucha por la construcción de un sistema de salud psicológica público y de calidad, que tenga recursos y pueda abordar los problemas de salud mental.