No recortamos derechos al colectivo LGTBIQ+

Acción Joven ante la situación del colectivo LGTBIQ+

El 29 de marzo de 2016 se aprobó en la Comunidad de Madrid la Ley 2/2016 para la identidad y expresión de género e igualdad social y la discriminación de la Comunidad de Madrid. Junto con la Ley 3/2016 del 22 de julio para la protección integral contra la LGTBIfobia y la discriminación por razón de orientación sexual, se dio un paso adelante en cuanto a la protección y cumplimiento de unos derechos que para una gran parte de la población parecen obvios, pero hasta ese momento para el colectivo LGTBIQ+ no lo eran.

La ley amparaba en el ámbito administrativo a las personas que iniciaban un proceso de cambio de sexo bajando el mínimo de edad para ser reconocidas legalmente. Dejaba de ser necesario que una persona hubiera pasado por un proceso médico para que administrativamente estuvieran inscritas tal y como se identificaban.

Con esta nueva ley se consiguieron derechos tan básicos como castigar una agresión a una pareja del mismo sexo o a una persona trans. Es triste que algo tan innato requiriera de una ley para cumplirse, está claro que a una pareja heterosexual no sería agredida por ir cogidos de la mano. También se prohibieron las terapias de conversión, que tanto daño psicológico provocan a sus víctimas.

Ahora mismo estos derechos los han puesto a la venta, Isabel Diaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, vende una ley que recoge derechos tan básicos como la libertad para ser quien quieras, sentirte como quieras y amar a quien quieras. Una venta con un claro comprador, Ayuso vende la ley a cambio de los votos de Rocio Monasterio y su partido para que ésta pueda seguir gobernando. Es inadmisible que estemos en manos de dos personas dispuestas a jugar con nuestros derechos en beneficio de una carrera política, todos sabemos cómo han acabado en otros países europeos los pactos y el blanqueo de la ultraderecha.

Todo ello demuestra aún más la necesidad de crear con urgencia una ley estatal que recoja todos los derechos y proteja al colectivo trans y LGTBIQ+ para evitar que nuestros derechos sean objeto de un recorte o que se puedan derogar, no puede ser que derechos tan básicos y que tanto han costado conseguir puedan ser eliminados, no puede ser que los miedos, las inseguridades y la soledad que sufrimos cuando íbamos al instituto o a la escuela y que creemos que de adultos desaparecerían, vuelvan aparecer. No nos podemos permitir como sociedad dar la espalda a la nueva generación de juventud, porque estaremos dando pasos atrás.

Hemos podido ver estas últimas semanas cómo la derecha hablaba de la libertad para, de alguna manera, justificar o encontrar argumentos para justificar esta bajanada, pero Ayuso no habla en ningún momento de la libertad tal y como la conocemos, habla de la libertad de salir a tomar copas, de la libertad de asesinar animales a través de la tauromaquia, de la libertad de que un grupo de neonazis se manifiesten en el barrio de Chueca al grito de y con amenazas. Esta no es la libertad que todos nos merecemos y que necesitamos, la libertad que nos otorga la ley Trans y LGTBIQ+ es la de ser como quieras, sentirte quien quieras, amar a quien quieras y vivir como quieras, una libertad que una gran parte de la población disfruta de forma innata.

Ayuso, intentando justificar esta falta de moral, ha argumentado que no se puede colectivizar a la gente porque si no los estás victimizando, dicen que nos hacen menos libres, menos personas. Eso si, depende de qué colectivos, porque cuando les interesa sí les gusta hablar del colectivo de las personas migrantes o de los MENAS. Claramente, agresiones como el asesinato de Samuel en Galicia confirman todo lo contrario, debemos colectivizarnos para luchar en grupo por nuestros derechos, no se piden privilegios como algunos quieren creer, son derechos que para el mundo heterosexual vienen innatos, y estos derechos no tienen precio, comprador o tijera que pueda recortarlos.