Hacia un modelo residencial

Per Jaume Vernet. Representante de CCOO en el Foro de las Personas Mayores de Granollers.

El Ayuntamiento de Granollers ha propuesto a la Generalitat la construcción de una residencia para personas mayores. Desde CCOO, hemos pedido que el Foro de las Personas Mayores de Granollers debata y proponga al Ayuntamiento el modelo de residencia pública que debería tener la ciudad.

La crisis sanitaria derivada de la pandemia del coronavirus puso de manifiesto las carencias del modelo residencial en España y, en concreto, en Cataluña. A estas carencias de carácter estructural se le ha añadido el proceso de privatización del sector. En Cataluña, según el Mapa de Servicios Sociales, el total de plazas es de 64.093, de las que sólo 10.298 son públicas.

La población de personas mayores será cada vez más numerosa, por lo que las administraciones deben tomar conciencia de los retos que supone el envejecimiento progresivo de nuestra sociedad. Este colectivo debe convertirse en una de las prioridades del modelo de bienestar.

Hay que cambiar la actual tendencia por un modelo donde haya un mayor porcentaje de residencias públicas gestionadas directamente por la Administración. El nuevo modelo debe garantizar la seguridad, la salud, el desarrollo de la autonomía personal y la calidad de vida de las personas residentes, y debe evitar que los centros se conviertan en una especie de hospitales. La actuación de los servicios sociales y de sanidad debe estar protocolizada, garantizando un sistema de inspección eficaz.

Los recortes producidos desde 2010 en dependencia y sanidad, junto con el incremento de las privatizaciones impulsadas por el PP y CiU, todavía no se han revertido. reducido la prestación mínima garantizada por la Administración general del Estado, las horas de atención domiciliaria y las prestaciones económicas. En este contexto, las residencias de ancianos –que ya arrastraban precariedad en medios y personal– se convirtieron en una trampa mortal.

Los ejes para un nuevo modelo de gestión y servicios en las residencias:

  • AMPLIACIÓN DE PLAZAS PÚBLICAS. Es necesario hacer frente a la demanda de nuevas plazas residenciales con titularidad pública. Proponemos la creación de una comisión mixta entre Generalitat, ayuntamientos, sindicatos y entidades representativas de las personas mayores para desarrollar el mapa y el estudio de necesidades.
  • COORDINACIÓN SANITARIA INTEGRAL. Es imprescindible la coordinación con los servicios sanitarios para mejorar su calidad asistencial. Los equipos de atención primaria (EAP) deben ser los responsables de la atención sanitaria a las personas mayores, con recursos económicos, personal y medios técnicos suficientes. Las residencias con personas dependientes deberían disponer de atención sanitaria en el mismo centro, con equipos formados por médico, enfermería, fisioterapia, terapia ocupacional y personal de mantenimiento, coordinados con los CAP, geriatría, servicios sociales y un hospital de referencia.
  • PARTICIPACIÓN ACTIVA. La participación de los residentes y sus familias debe ser una herramienta para mejorar las condiciones de los centros residenciales.
  • NUEVOS MODELOS DE VIVIENDA. Es necesario impulsar la construcción de vivienda para personas mayores en grupos reducidos, con espacios comunes y apartamentos privados que mejoren la calidad de vida y garanticen servicios sanitarios y sociales.
  • TRABAJO DIGNO Y ESTABLE. Debemos impulsar el empleo de calidad, la formación y la calificación de los profesionales del sector. Es necesario poner fin a la precarización laboral y apostar por personal fijo y estable que permita una atención personalizada, imposible con una elevada rotación.
  • FINANCIACIÓN JUSTA. Es necesario establecer una tarificación social, fijando los precios en función de los ingresos de los residentes.

En definitiva, es necesario avanzar hacia un modelo que ponga a las personas en el centro, velando por el respeto a la dignidad, la defensa de los derechos individuales y, especialmente, que permita que las personas mayores en situación de dependencia funcional puedan seguir viviendo según su voluntad y deseos. Es decir, que puedan tener control sobre su atención y su vida cotidiana.