Sabemos que las desigualdades sociales son el principal determinante de la salud. Lo sabemos por experiencia propia y por el conocimiento social y académico. Y así de contundente lo manifiesta la Organización Mundial de la Salud. La clase social, género y condición migratoria son los principales determinantes de salud. Esta relación también se manifiesta respecto a las condiciones de trabajo y salud.
Las condiciones de desigualdad de las mujeres en la entrada, permanencia y salida del mercado laboral, la precarización de las condiciones de trabajo y la gran presencia de mujeres en sectores económicos precarios son determinantes para su salud. Es conocido que la esperanza de vida de las mujeres es superior a la de los hombres, pero también es conocido que la calidad de vida y de salud de las mujeres es más desfavorable que la de los hombres. Y estas diferencias no se explican por cuestiones biológicas, sino principalmente por desigualdades sociales y de acceso a los sistemas de salud.
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