Comunicado de prensa del Comité de Empresa
de TV3
A primera hora de la mañana un grupo de trabajadores nos hemos
concentrado en las puertas de los juzgados de la Ciudad de la Justicia para apoyar
a nuestro compañero ya su familia en el día del juicio.
La vista oral, que ha durado más de
4 horas, ha empezado con la declaración de Gustau
que ha explicado, a preguntas
de su abogado, su
detención e incomunicación en comisaría y la presión que sufrió para que se confesara
culpable.
En la sala han coincidido Gustau C. y sus familiares con
Brauli Duart, Eugeni Sallent y otros directivos y trabajadores que estaban
convocados a declarar como testigos.
La Fiscalía se ha encargado con mucha insistencia en protagonizar
los interrogatorios de testigos, dejando sin papel al letrado de la acusación
que finalmente ha sido un abogado distinto al previsto. El fiscal debe
mantenido, sólo con indicios, sin prueba directa, la petición de 7 años de
cárcel a la queal se ha adherido
la acusación de la Corporación.
Durante la declaración uno de los mossos d'esquadra ha reconocido
que no se sabe quién realizó el reenvío del correo electrónico de la
filtración.
Por su parte,
la defensa del trabajador ha alegado graves defectos de forma en el
planteamiento de la demanda. En ningún momento se ha aportado la prueba principal sobre
la filtración, es decir el correo electrónico procedente del buzón de Brauli
Duart, ni las hojas de excel adjuntas. En la investigación de los mossos se ha ocultado
el hecho de que el software para realizar conexiones anónimas (Tor), encontrado en el ordenador requisado en casa del Gustau, se instaló meses después de la filtración
de agosto de 2012.
No se puede demostrar
que Gustau C. sea el responsable de la filtración de datos desde el correo de
Brauli Duart el 1 de agosto de 2012. Tampoco
se ha demostrado que fuera él quien entró en los buzones de diferentes miembros de
la Corporación. El abogado ha pedido a la juez la absolución del trabajador.
Siempre hemos dicho que llegar al juicio y quedar a expensas
de una sentencia no aporta ningún beneficio a nadie y sólo alarga el sufrimiento
de una familia. La Corporación no ha querido escuchar a nadie y es la responsable
de esta situación.
Urge un cambio de dirección en la CCMA